En mala hora dije que no eran necesarios los aires acondicionados en Holanda. Hoy estamos superando los 31 grados en un día tórridamente soleado. Lo peor vendrá mañana con temperaturas llegando (o sobrepasando) los 35.
El sofoco que uno percibe al salir a la calle desaconseja toda actividad callejera. Aún estando a 26 grados en el piso, es harto más fresco que el vaho exterior.
Sin tener la tentación de encender la televisión ni ponerme a tareas hogareñas, aprovecharé para juguetear con mi nueva pasión. Cuando era pequeño me acuerdo de las colecciones de cromos que afanosamente intentaba completar. Sobrecitos de papel que contenían la fortuna o la desdicha. Faltis o repes. Ni que decir tiene que la segunda casuística superaba con creces a la primera.
La cadena de supermercados Albert Hejin regala a sus compradores acreedores de la tarjeta de descuento unos sobres con cromos. ¿Una nueva colección? ¡Bien!
Hace ya unos meses fue el turno de pegatinas de los jugadores de los equipos de la liga holandesa. Retratos en activo, escudo militante y firma. El pack completo para no tener que hacer cola con tus héroes futbolísticos.
La colección que ahora nos ocupa es más interesante si cabe. Se llama
Super dieren (super animales) y si no me equivoco, ya se sabe que mi comprensión del holandés no tiene un nivel académico, ésta versa sobre animales en peligro de extinción o de especial protección por parte de la
WWF. Ya sólo ver los sobres amarillos tengo un pálpito. El sonido al rasgar la punta y la aparición de las esquinas son el mejor momento. En la vida he tenido ya muchos disgustos y desencuentros así que no pongo muchas esperanzas en encontrar nuevos animales con los que completar mi Arca de Noé.
No son pegatinas sino
kaartjes (cartas) que tienen múltiples utilidades más allá de su coleccionismo a saber, te enteras de la variedad del reino animal con sus formas y colores, aprendes su nombre y alguna característica especial, tienes una pregunta sobre dicha bestia y de paso sabes si está más cerca de ser un ejemplar momificado o animal de compañía de nuevos ricos. Vaya, una síntesis de la entrada en la enciclopedia en tamaño
twitter. Eso sin contar que como cada carta tiene un valor asociado me imagino que puedes echarte unas partidas salvajemente de competitivas.
Así pues estoy intentando sacar provecho de dicha ocasión para descifrar, como los mejores egiptólogos y sabios del
acadio, cualquier nuevo vocablo e interpretación que me permita integrarme. En caso de ser capaz de memorizar tantos nombres no creo que me sirva mucho más que para decir 'Ah, ¡sí!' antes de quedarme dormido con los documentales de animales que, además de ser soporíferos de persé, en holandés son ya narcóticos.