divendres, 15 d’abril del 2011

Legalizándome

Han tenido que pasar tres semanas desde que realicé la petición de residencia en el Gemeente Maastricht hasta recibir una inexpresiva misiva con el dichoso número que me ha atormentado desde que llegué: sofi-nummer. Sin él, estás perdido.

No se pueden abrir cuentas bancarias. El empleador por lo tanto no puede pagarte. Pero aún en el caso de que la sucursal haga triquiñuelas para poder crearte una cuenta bancaria, los sistemas de gestión financiera de las empresas no permiten crear el perfil de empleado con lo que el resultado es el mismo: trabajar de forma gratuíta. El suma y sigue continúa con la imposibilidad de percibir un seguro médico. En Holanda, es obligatorio disponer de un seguro médico privado. Parcialmente está financiado por el empleador pero de esta manera se aseguran de que parte del servicio está cubierto por los contribuyentes. Uno tiene, pues, que convivir con el riesgo de doblarse como los salitmbanquis del circo pero sin la capacidad de volver a su posición natural. Y si uno quiere aprender el idioma local, pues tiene que esperarse a poder ser considerado uno más o practicar entre cerveza y cerveza.

Bueno, pues para pedir el dichoso numerito uno tiene que estar residiendo en algún departamento y tener consigo una copia original del cerificado de nacimiento. Y pensar que somos miembros de la Unión Europea ....

Hoy he invertido el día a arreglar sendos trámites administrativos, bancarios y académicos (ver Aprendiendo holandés normativo) que espero mejoren mi situación en breve. Espero poder empezar a cobrar en breve ... que al ir a Holanda no pensé que sería como voluntario.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada