En el piso que alquilo había una máquina Senseo que viene a ser la competencia de Douwe-Egberts (Marcilla en España) para el gran público de las exclusivas Nespresso (Nestlé). En las diferentes modalidades de cápsulas se puede tener espresso, capuccino o cappucino-choc entre otras. Digamos que la medida del espresso es la centro-europea y no la sureña con lo que los cafés acaban siendo más bien bebrajes negros equivalentes a un 'doble americano' español. Es por eso que aunque la máquina dispone de programadores para cafés cortos y largos, siempre tengo que pararla antes de que finalice para que no rebose el café en la tacita.
Gustos aparte necesitaba una remesa de sobrecitos de tela para raciones individuales y he tenido la grata sorpresa de encontrarme con una variante al producto de la marca. No se trataba del simple sustitutivo de marca blanca sino que era EKO (ecológico) a la par que FAIRTRADE (comercio justo).
¿Se puede pedir más? Ojalá poco a poco este tipo de productos vayan ganando terreno tanto en consumibles prefabricados como en productos en general.
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