dimarts, 8 de març del 2011

Corriendo entre prados

Ayer fui a correr por primera vez por la ciudad y alrededores. Todavía la gente estaba de fiesta y alborotando Vrijthof y calles adyacentes con disfraces multicolores, música a todo trapo y fiesta sin cuartel.

Deseaba ver los límites de la ciudad y descubrir los prados verdes que había vislumbrado a través de la ventanilla del tren desde Bruselas. Llegando a Emmaplein ya empieza la zona residencial con casas de dos plantas unifamiliares. Calles aún más tranquilas si cabe sin rastros de comercios en las plantas bajas sino con garajes y pequeños jardines. Me imagino que la población debe ser de mediana edad y gente mayor ya que no me crucé con casi nadie.

El atardecer iba avanzando lentamente y el crepúsculo todavía iluminaba la transición del asfalto a la tierra de los caminos que se alejaban más allá del término municipal. Campos con caballos pastando, edificaciones solitarias, huertos frondosos.

Holanda debe ser plana pero aún así cerca de Maastricht hacia el oeste hay onduladas colinas que suavemente mecen la tranquila ruta. En las crestas, rodeado de prados intensamente verdes se divisa Maastricht y pequeñas poblaciones limítrofes a la cercana frontera belga. Hasta una quincena de estelas de aviones comerciales rasgaban el cielo en varias direcciones. Con un poco de imaginación y razonamiento, uno puede determinar el punto donde todas se cruzarían: Schiphol. El camino, empezando ya la cuesta abajo, indica que se ha superado la mitad del recorrido y que no van a haber más cuestas ascendentes.

Bélgica está a menos de un kilómetro. La próxima vez me pasaré por allí para comprar chocolates y recuerdos turísticos.

El retorno frío y ventoso hacia mi piso se eterniza por la oscuridad presente y el cansancio de tener un cuerpo nada entrenado para el esfuerzo físico. Llego al piso hambriento soñando con un buen filete aunque sé que no debiera.

Un par de huevos ‘biológicos’ y zumo multivitamínico hace las veces del pedazo de carne. El cuerpo, machacado, se desvanece en la cama. Son casi las 10.

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