dissabte, 12 de març del 2011

Soñando en el mercadillo

El sábado es un día tranquilo para pasear si el tiempo acompaña como hoy (ligeramente nublado con 12 grados). Mi cometido era el de encontrar unas buenas almohadas ya que las que hay en el piso se asemejan a una pasta dura de chicle reseco. Las noches son difíciles contiendas en las que mi cuello no sale indemne.
Hay tres tiendas de mobiliario y complementos del 'descanso' en Avenue Céramique por las que paso por delante cada día para ir a las oficinas. Es una pena que los dormitorios de exposición no se alquilen ....
He entrado en dos de las tiendas y sus vendedores me ha expuesto las múltiples variedades de tipos de materiales de los que pueden estar hechas las almohadas. Hay pocas cosas que no compre sin mucha dilación. Esta es una de ellas.

En cambio, las baratijas son casi mi devoción. Coleccionar no es algo de lo que me enorgullezca y máxime cuando hace escasamente un mes he tenido que darme cuenta a las bravas de la cantidad de cosas que he llegado a acumular. Digamos que como los grandes museos, mi colección privada es vastamente superior a lo que se muestra a los visitantes. En cambio, el valor de los artículos va parejo al del precio al kilo de sus materiales.

Los sábados hay un mercadillo en Stationstraat entre la propia estación y Wilhelminasingel. La gran amyoría de artículos son de decoración de los años 20-40, complementos para vestir  de época y seguramente prohibidos actualmente (como las bufandas de zorro) y, como no, vinilos, medallas, condecoraciones y postales variadas.






Extrañamente no he sacado mi billetera esta vez. Quién sabe si ocurrirá el próximo fin de semana ya que les he puesto el ojo a varios artículos.

1 comentari:

  1. ei! no caiguis en la temptació!!! recorda que aviat et toca tornar-te a traslladar.... ;-D

    petonets

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