dijous, 10 de març del 2011

Corriendo en jueves

Es de agradecer volver de correr una hora con el piso a una temperatura superior a la de la calle. Hoy ha estado haciendo mucho viento durante el día y ha continuado durante la tarde-noche. Poco a poco se irán dilucidando las diferencias que existen entre las sociedades de España y de Holanda o más particularmente as de Barcelona y Maastricht. Tienen muchas diferencias pero algunas en común. Desgraciadamente hay motoristas con tubos de escape haciendo estruendos que se saltan los semáforos en rojo. Creo que es la única similitud de tipo negativo que he encontrado hasta la fecha. Deseo que así sea para el futuro también.

Al querer rehacer la ruta que hice el otro día (pasando por Bieslanderweg, Susserweg y las últimas casas antes del río en Vroenhovenweg) he tenido que cruzar el río por Sint Servaasbrug. Se trata de un puente dividido en dos partes según su técnica constructiva. El puente fecha del siglo XIII (viendo la descripción Wikipedia) y es de piedra con varios archos reforzados.


En fechas relativamente recientes se debió demoler parte de esos arcos para permitir el flujo de cargueros que frecuentemente transitan a lo largo del río Maas. Esa nueva construcción del puente dispone de un automatismo que eleva dicho puente cuando la altura del carguero así lo requiere. Lo interesante del tema es que mientras el puente está elevado, el carril central (utilizado por bicis, motos y a veces coches) queda desconectado del los extremos mientras que los pasillos laterales para los viandantes sufren de una ligera elevación permitiendo el paso.


Bien, justamente al acercarme al punte un carguero lleno de arena pasaba por debajo del puente elevado forzando un calentamiento precoz para mi ejercicio. La ruta de hoy ha estado bien aunque ya las calles estaban más tranquilas que en anteriores fechas y algunas furtivas gotas pronosticaban la confirmación de un 20% de probabilidades de lluvia. No ha sido así finalmente pero el espectáculo de los campos estaba hoy aturdido por la ténue luz que se filtraba por las gruesas nubes. Las campanas de las siete del campanario de Wolder confirmaban que ya era más que hora de cenar y poca gente se encontraba por las callejuelas residenciales que olían a comida caliente.

La parte más cansada del recorrido es volver a la civilización. Calles con coches, semáforos, gente por las aceras ... ¡Mucha gente por las aceras! Si hoy es jueves, en España ha habido paella de menú y aquí las tiendas abren hasta tarde. El jueves es el día en que todo el mundo aprovecha para comprar aquello necesario y que el estricto horario holandés no permite durante el resto de días. Las calles comerciales como Grote Staat, que nace de Vrijthof, estaban repletas de gente con bolsas, entrando y saliendo de tiendas o comiendo wafels (gofres) u otros manjares portables como friets (patatas fritas).

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