Hoy quería volver a correr. No hacer los 5 km del martes sino unos 10 aproximadamente.
He rehecho la ruta que me lleva a los prados del oeste de Maastricht. En vez de coger la misma de ruta de siempre para llegar a las últimas casas de Wolder, he continuado el camino al oeste hasta llegar a la carretera. Como esta no tenía espacio para expertos corredores como yo he tenido que sortear el campo abultado e irregular del campo durante un buen rato.
La broma se ha saldado con 13km y una ligera sensación de que no sé si haré más deporte esa semana.
Lo que continúa igual, o almenos eso parece, es la barriga fláccida que parece mejor preparada para resistir esos trotes que el resto del cuerpo.
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